Soy sólo lo que soy, muy a pesar de lo que querría ser. Obviamente no soy lo que quiero ser, aunque me he estado sintiendo más de lo que pensé que me iba a sentir. Pero llegan momentos en los que me siento totalmente excluido del sentido del mundo, del probable sentido que pueda tener todo esto.
Pocas veces me he sentido más vacuo y alejado de toda sensatez. Sólo me lleva la inercia, aunque la persona ría y disfrute, si no hay sentido en la persona... ¿Para qué? ¿Para qué vivir así?
Seguramente están pensando que el preguntarse "Para qué?" es una necedad. Y probablemente lo es, pero ¿qué me queda? Sigo pensando que sólo me puedo dejar morir. Destino inevitable para todos nosotros, pero largamente evadido e ignorado y mucho más despreciado como innecesario y como injusto. Nunca más equivocados. Pero lo inevitable debería ser tratado como tal y no buscado, por lo tanto, esto no es un post suicida de los que ya conozco. Esto es sólo una "carta" abierta a quien me pueda leer. Pero no busco respuestas alentadoras ni nada parecido, sólo quiero que lo lean y piensen.
Acá, de este lado del monitor, quien escribe, yo, me he percatado de mi nulidad como persona. Los que deberían entender lo absurdo de ésto y del resto, son ustedes. Algunos en mayor otros en menor medida, pero todos son (somos) una burla para lo que pensamos queremos ser.
Yo (obviamente) no soy ningún iluminado, no estoy ofreciendo verdades ni tengo verdad alguna. Sólo digo esto, que es lo que me queda. Es poco y lo sé, pero lo quiero compartir con todos los que alguna vez entran por acá.
Para los que han tenido la oportunidad de "conocerme" acá va el último jirón de lo que soy, de lo que por lo menos creía que era. No soy nada de lo que ustedes creen que soy, nada de lo que aparento ser, nadie especial, nada en particular. Todos los que creen (o creían) conocerme van a tener que aceptar esta última sentencia que estoy profiriendo contra lo que estaba dicho y presupuesto. No hay nada acá. No soy inteligente, ni capáz, ni bien letrado, ni tengo facha, ni habilidad para nada. Soy sólo un punto gris entre 2 rectas paralelas. Un punto que evade toda posible inspección. Simplemente porque lo que no es acá o allá, no es. No soy.
Perdón por haberles hecho creer que era algo. Sólo fue un desliz que prometo no volver a cometer, aunque los que me conocen, al saber que no es así, verán que poco vale esa promesa, al igual que el resto de lo que está acá escrito. Todo lo que he dicho, junto con lo que he hecho vale lo mismo que esas monedas asquerosas de los australes. Basura y nada más.
El hueco que tengo en el pecho es para que lo llenen con su basura.