sábado, abril 07, 2007

Intento 1

Entre un millón de margaritas, con su perfume nauseabundo,
camina ella, dueña del cielo y la tierra, dueña de todo lo etéreo y perecedero.
Cuenta abrojos en un extremo de su vestido, son más de mil y aumentan con cada paso en falso que toma.

Suplica a los astros que le envíen fortuna, gloria y algo o alguien a quién amar. Mas consigue miseria a raudales, desencanto y frustración.

Todos la conocemos, porque cada abrojo de su vestido es uno de nosotros, contados y recontados como pasos en falso de una voluntad ajena, enorme y monumental, que fracasa paso tras paso, arrastrando a cada uno de nosotros por senderos sinuosos.

Ella vive en nosotros y nosotros vivimos en ella cada día menos, cada día peor.

Etiquetas: ,