miércoles, noviembre 16, 2005

Un cuento.

Hoy, 16/11 es el día del cuento! Yo tampoco lo sabía, pero apenas me enteré me dispuse a escribir uno.

16

Y del armario cayó un cuaderno. Y del cuaderno salió volando una foto. Era una niña de cabello oscuro y ojos claros, con una semisonrisa desdibujada y los ojos entrecerrados por el sol que la iluminaba de frente. Ese, su decimoséxto aniversario fue el último. Tal vez habían sido las heridas en su corazón. El desamor la hizo fragil y ella nunca se recuperó. O habría sido el cáos que se desató en esa noche, frente a todos los que ella suponía la querían. La música rompió sus tímpanos, el alcohol le nubló la vista, la confundió, pero ella bien sabía que era la última vuelta, que no iba a ser arropada nunca más por mi. Sequé la lagrima y guardé la foto en el cuaderno, al que volví a subir a lo alto de su ropero.

Me había prometido no volver a entrar en su habitación porque siempre me traía esos buenos recuerdos que son los más dolorosos. Los malos recuerdos se borran y son esos momentos en los que todo estaba bien lo que me pone más mal. Si ella hubiera recapacitado. Si nosotros hubieramos recapacitado, recapitulado, reorganizado las prioridades... Pero no. Nosotros nos dedicamos a extinguir con alabanzas sus tropiezos. Cuesta creer que una vida termine a los 16, que eso sea una vida. Todos vivimos muy seguros de que no vamos a morir, no hoy. No a los 16 años. Y otra lagrima se me insinúa y corre gélida sobre mi cara.

Vivimos 3 años buscando dónde asentarnos. La casa, ésta casa, fue la más adecuada y ella misma la eligió, estaba hecha a medida de nuestros deseos y caprichos. Ella era sólo una niña. Le encantaba correr y esconderse entre los arbustos. A nosotros nos gustaba buscarla, pero ella se escondía hasta que nos asustábamos. Fue así que terminó ese cumpleaños. Todos buscando hasta el amanecer. Un sabueso nos terminó de quitar el aliento devolviendo el rastro de su vestido celeste. Como sus ojos, el celeste del vestido nunca fue el mismo.

domingo, noviembre 13, 2005

Munchis.

Quiero quiero quiero.

Me satisface, muy a mi manera, que pasen estas cosas. La jaqueca, la carne, mis moretones (tus moretones). Cada centilitro de vómito ácido limón. Y encima la transpiración acumulada de días, siestas sol y agitar la cabeza. Cada caminata interminable y absolutamente necesaria, con cocacolas y muchas ganas de mear.

En definitiva todo lo que hace a cada día anterior y que ojalá haga a cada día posterior. Suficientes desilusiones e ilusiones para nosotros, para todos nosotros. Directa o indirectamente nos han transformado en esta cosa que somos ahora. Nada de rótulos ni identificaciones falsas. No las necesitamos. Nadie las necesita, pero existen y están. A veces molestan, pero lo sobrellevamos con un estoicismo digno de destacar.

Te extraño, quiero verte y abrazarte. Nada se equipara. Te espero con los brazos abiertos y el corazón en la mano. Como siempre, como nunca antes.

viernes, noviembre 04, 2005

Si fuera, qué sería

Si fuera un árbol: Un sauce.

Si fuera un animal de granja: Un marrano.

Si fuera una mascota: Un perro.

Si fuera una comida: Un lomo, creo.

Si fuera un trago: Un destornillador.

Si fuera una herramienta: Un martillo.

Si fuera un instrumento: Una guitarra.

Si fuera un auto: Un torino.

Cecilia Pregunta:

y si fueras una cancion? Jet Pilot.

y si fueras un libro? Uno gracioso... no sé... La Biblia :P

y si fueras un filosofo? Wittgenstein.

y si fueras un monstruo? Soy.

y si fueras una mujer? Soy.

y si fueras un postre? Soy.

y si fueras un pais? Holanda.

y si fueras... y si fueras... y si fueras vos? No me lo imagino de ninguna otra manera. Sólo soy yo.

Eso es más o menos...