domingo, octubre 29, 2006

eeeeeeeeeeee

De las innumerables cosas que pueden pasarle a uno, a mi justo me ha pasado una que de verdad quiero y que me motiva a ser una persna así "en situación" con lo que me gusta, y son ellas, lo que más quiero, aunque suene redundante, cursi y trillado... Las cosas nunca se me habían presentado tan sencillas con respecto a lo que quiero... Y todo lo que circunda mi decisión es totalmente vanal y superficial.

Muchas de las cosas que uno hace como "de fondo" o que establece como leit motiv de lo que va a ser el derrotero de sucesos que uno llama "vida", no son (generalizando y sabiendo que las generalizaciones no son de lo mejor) realmente de fondo ni basamento sustancial de lo que podría ser una vida propiamente dicha. Así uno superpone a la propia felicidad, a las propias ganas de "vivir" un montón de acciones que nos hacen menos felices o que nos hacen sentir menos "vivos", todo porque estas supuestas cuestiones "de fondo" son impuestas y supuestas mejores que las propias ganas de vivir.

En mi caso, me he encontrado (llevado por el hedonismo) con una razón excelente para vivir. Razón que me mueve a las lágrimas por momentos pero siempre de felicidad.

sábado, octubre 14, 2006

Abrir los ojos

Acostarse y despertarse pensando y pensarlo temblando y temblar acostado, tratando de despertar temblando, pensando.

Abrir los ojos y darse cuenta de que no hay nadie más y de que ni siquiera está acá, porque acá está uno solo y que uno es la mitad de lo que realmente es y que ser uno completo es ser dos y que deben haber dos más distanciados que uno.

Levantarse y vivir el día como si hubiera otra forma de sobrellevar esto que a uno le pesa como un ancla sobre el cuello, a esto que es el tiempo y que nunca es como uno lo quiere, siempre es más lento o más efímero y eso te carcome porque yo quiero todo ya. Y ya no viene si no espero. Y espero poder esperar ya, porque de otra forma no llega... Falta mucho para "Ya".

Abrir los ojos y volver a percatarse de que no hay nadie más y de que quienes estában sólo estában y que quiero a quien no está y que cuando esté voy a volver a estar yo, porque así voy a volver a ser uno.

miércoles, octubre 04, 2006

La vida de Carlos

Carlos era un tipo al que le iba bien... De esas pocas personas que siempre sonríen y que se sobreponen con una sonrisa a las adversidades que la vida trae aparejada. El momento en el que se dió cuenta de que esa sonrisa le había ganado más enemigos y adversarios fastidiosos y a la vez fastidiados por esa ventana en su cara con 10000 dientes blancos y brillantes, fue entonces cuando comprendió que estaba confundido.
Una mañana de junio se levantó sintiéndose como nunca antes. Se vistió con su saco de hilo blanco, se perfumó con uno de sus perfumes de diseñador y se pegó un tiro. Se sintió mal y no se soportó.