Travestirse como solución.

Que flojo como solución a un problema de comunicación. Como no me entienden me tengo que vestir de mujer... ¿No es una gran ironía? Basta con ser malinterpretado y ya uno se tiene que poner rouge....

Obviando el tono jocoso con el que empecé, la verdad es que no me siento muy confiado con respecto a mi lado femenino. Con tacos parezco una vieja chueca e histérica... Piernas flacas, espalda ancha, cabeza de alfiler... Bultini... Yuk, creo que soy la mujer menos sensual que he visto (Y eso que lo he visto al "Gori" vestido de mujer, ofreciéndose por $8). Aunque sería una lesbiana fantástica (ja), con mis capacidades "cunilingüísticas" en el pleno apogeo... Basta.

Los problemas que uno enfrenta se ven teñidos de un color bastante cambiante. Por momentos el rojo, tanto pasión como furia y el azul triste pero calmo... Las tonalidades grises, los violáceos, marrones y amarillos, pasando por naranja y limón... Si, desgraciadamente, para la alegría de muchos, llegó carnaval. Es hora de apretar el pomo (tanto como el cachete) y disfrutar, al mejor estilo "Rey Momo", de la maldita fiesta del "globito con agua". El que se moja no se enoja... Y el que no moja se jode... Me parece que me voy a joder...

Ya en los albores de la emancipación, a punto de cumplir dos décadas y un año, me siento bastante desconfigurado. Contento y satisfecho, pero cansadito... Me cansa no saber qué.
La serenidad escaza de mis vacaciones, mezclado con el buen y diestro uso de la almohada, de las agujas y el alcohol, me han dejado con un buen sabor a "suficiente" en los labios. Con una sonrisa lascerada, pero con un ímpetu digno del toro con la cocarda.

Se vienen tiempos de cambio, de nueva reestructuración, pero los voy a tomar como un poco más de lo mismo, como una vuelta a las vueltas que me han costado tanto sacrificio.

Suerte para mi.