domingo, febrero 06, 2005

Tarde de sueño irreconciliable...

Hoy no pude dormir en toda la tarde... Di vueltas en la cama y sólo logré hacer pasar el tiempo de una manera poco productiva y mucho menos entretenida. Entre transpiración y quejidos me acordaba de vos. Tal vez no duermo porque te extraño y no puedo verte o hablarte o escucharte. No se cómo estás...

Trato una y mil veces de recordar tu cara, de sostener tus manos que transpiran... No puedo, mi memoria me traiciona por primera vez. Tengo la boca reseca, de tanto esperar besos que no llegan... Giro en la cama, miro al techo y espero. Espero y sigo esperando besos que no llegan, que no alcanzan. Me sobra el aliento, quiero que me lo quités de un abrazo. Uno de esos abrazos de oso que me gustan. Pero es inútil. Se que no estás, no llegás.

Los segundos le ceden paso a los minutos y éstos a las horas, pero no alcanza el tiempo para esperarte... La espera es infinita, pero demasiado llevadera. Me hace sentir culpable. Entonces trato de encerrarme y de sentirme sintiéndote, mas es en vano. Todos mis esfuerzos son en vano. Voy a tener que aceptar la distancia. Voy a tener que seguir esperando que llegue tu risa, tu pelo, tus manos que transpiran, que me llenan de alegría. Espectante, me mantengo alerta, preparado para escuchar el sonido del teléfono... El sonido del teléfono, que mil veces me ha despertado, me ha traido alegría y miserias, me ha dejado rogando y me ha quebrado... Ese mismo sonido hoy, vuelto a la vida por mis ganas de escucharte, se hace mudo, sordo... Ciego y negligente...

Estúpido. Me vuelve estúpido el amor... Me ha vuelto a pasar... Pensé en no repetir esa maldita frase de 2 palabras y 5 letras... Pero no puedo negarme a amar... No puedo volverme un ser que no ama. Y te amo... Te amo. Si, te amo... Y no puedo dormir...