Pre San Valentín.
Siempre es una ocasión (el 14 de febrero, día de los enamorados), para replantearse lo que uno piensa del "amor"... Maldito sentimiento, porque nos vuelve tan vulnerables y sensibles... Tan adictivo... Pero a la vez es simplemente hermoso, el amor lo mueve todo (todo).
Sin querer adelantarme a los hechos, predigo un San Valentín por demás cursi, pero bueno. Un día lleno de cosas raras... Cosas que mejor las vivo y luego las cuento.
Volviendo al tema de predecir... Mis predicciónes se basan en hechos pasados. Es un re-ver las cosas y proyectar una imágen posíble de lo que es. El futuro es más bien una retroproyección del pasado... El presente es la lente que divide la realidad entre posible y cierta. Lo cierto es posiblemente verdadero, pero eso está fuera de nuestro entendimiento. Lo posible es ciertamente distinto de lo que jamás llegaremos a percibir totalmente...
Ya me desvié un poco del tema. Retomo.
La certeza de que no se que va a pasar mañana, se ve teñida por una lente color rojo carmín, rojo pasión... Pero translúcido... Me refiero a que no va a ser cegador... Que las cosas se van a teñir de ese color, pero sólo por una predisposición, un prejuicio.
El amor es un sentimiento puro, no se puede explicar, se siente... Y sólo se siente cuando uno déjase hacer sentir... Es un sentimiento de reciprocidad, no hay amor unidireccional. El verdadero amor retorna a nosotros amplificado y clarificado. Más puro y con mejor sabor.
Amen y dejen amar!
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