Siempre la próxima vez.

No importa lo que crean, lo que piensen o lo que digan, yo sigo igual, a pesar de todos los cambios. Pero de eso me vengo a dar cuenta siempre demasiado tarde... Siempre pienso que la próxima vez va a ser distinto, pero no, es siempre igual.
Por mucho que le busque la forma y el sentido nada de lo que hago parece tener tales características. Es más, si me pongo a repensar lo que he hecho y lo que puedo volver a hacer me dan ganas de que la puta materia gris que tengo en la desgracia de cabeza que me ha sido dada se estrelle contra cualquier pared, contra cualquier techo y que lentamente gotee nuevamente hacia el suelo... Maldita gravedad, nunca vamos a poder escapar.

Me pongo mal y demasiado, pero a nadie parece hacerle mella lo que digo. Cuando digo que soy un choto lo digo en sierio, cuando me equivoco si es tan grave como puede ser. Cuando me insulto y me digo a mi mismo que no puedo seguir así, y ustedes escuchan o leen tales dichos siempre piensan que estoy exagerando, pero no. Tal vez la próxima se den cuenta de que soy todo eso y menos también... Que nunca me lo merezco y que jamás me lo voy a merecer, no importa cuantas veces me repita lo contrario o lo repitan ustedes para mis adentros. Nunca me lo he merecido.

Hoy es un día distinto, casi lo hago de nuevo... Dedo en el gatillo y sin aire en los pulmones. La mirada perdida en un vacío blanco y silencioso... Mucho más lejos de lo que nadie va a llegar. Es una salida fácil y por eso no la tomé. No la merezco.
Por otro lado, todo el sufrimiento que esté por venir, toda la miseria y las desgracias que me traigan esa necesariamente insípida vida que me depara el futuro, si es que existe tal cosa, todas esas desventuras me las merezco por no ser quien puedo ser, y aferrarme a ser lo que soy ahora.

Maldigo mi suerte, mis esperanzas, mi ambición, mis ganas... Y siento que es una justicia innecesariamente vil la que me depara esa próxima vez.

Espero me encuentre con vos, para que veas que sos lo mejor que me podía pasar.