No soy lo que quiero ser, simplemente soy lo que soy y listo... 8)

Y al fin me empiezo a conocer un poco. Nada de minas, nada de guita, ni nada... Yo, sólo yo.
Por otra parte, vos, no se bien quién sos... Si, te parecés a mi... Te parecés demasiado a mi, la misma cara, la misma risa contagiosa, pero no sos yo. Por más que los de afuera te digan lo contrario. La gente es necia y se deja llevar por las apariencias...
Eso... Aparentemente sos yo!
Pero una vez más (muy lejos de ser oro) brillás por donde pasás, cual babosa dejando tu estela de plata, me hacés parecer algo que no soy, nuevamente me confunden con vos.

De lejos parecés totalmente inofensivo, mas a primera vista sos definitivamente intimidante... Al rato de conocerte parecés un pastelito, una masita, un bombón... Dulce, inofensivo, masticable... Pero sos indigesto, agrio, ácido y dañino. Yo, en cambio, soy bastante lo que parezco ser... Ni muy muy, ni tan tan, pero siempre se las ingenian para hacerme sentir otro, uno más como vos.

A la larga me empiezo a acostumbrar a ser tomado por alguien que no soy y me empiezo a creer ser ese alguien que sos vos, que me resulta tan ajeno y a la vez familiar. Me reivindica con quien me había parecido un monstruo, o sea, conmigo mismo. Yo me recordaba como un vil objeto de desprecio, digno de desprecio y amigo del desprecio. Pero no, me hacen retractarme, me hacen verme tal cual soy, un alguien más parecido a una panificación matutina.

Al final parezco ser lo que soy, y nada más puedo llegar a ser, pero me suele ofuscar ese límite plano y horizontal que divide todo lo que podría ser de lo que realmente es... Aunque nunca me queda claro qué es.