miércoles, diciembre 01, 2004

Se fue.

Ella se fue... Y yo acá, sin esperanzas.

En un segundo todo cambia y ahora estoy en los zapatos en los que no quería estar, en los que nunca creí iba a estar. Pero así es el mundo, así son las cosas y ésto soy yo. No es mucho consuelo, pero funciona (por el momento) para hacerme sentir capaz...

La traición no es tal. Las mentiras son sólo palabras y la verdad es una idea. La moneda tiene dos caras, pero eso según se mire. Yo no soy yo, soy otro. Y lo mismo te pasa a vos. Vos sos uno que no sos vos, porque vos sos vos, pero para vos, para mi sos otra cosa y lo mismo conmigo.

Lunes triste y gris, el fondo del pozo. Horas de llantos sin razón y nada más que hacer.
Martes posible y alentador, pero destructor e implacable. Se necesita mucho menos que eso para aniquilarme...
Ya miércoles, suficiente para hacerme creer (nuevamente) que se puede... Pero ya no me importa si se puede... Me tiene sin cuidado. Y no por hacerme la víctima, porque no estoy seguro de serla, sino por pura resignación.

Demasiadas cosas han pasado, y el pasado es sólo para mi. El presente es demasiado fugáz, y el futuro demasiado incierto. Ella no está y eso me duele. Cometí demasiados errores y ahora los estoy pagando con sangre y lágrimas... Es demasiado, pero no suficiente. Nunca es suficiente, nada basta para hacerme desistir, pero no pienso en seguir por esta senda... Es en extremo torturada y deprimente.

Y ella se fue. Se va a divertir... Yo no. Y me quedo, sólo, pero voy a seguir. Porque este sinsentido me hizo conocerla, y si existe algo como el destino, y dictamina que estemos juntos, entonces que así sea...

Voy a poder. Y si no puedo, entonces ahí me voy a enterar.

Nadie te puede decir que hacer y que cosas están bien o mal... Simplemente no quiero morirme... Voy a seguir, y si vale o no la pena eso lo voy a decidir yo.

Pero ella se fue...