miércoles, junio 28, 2006

28 de Junio de 2006

Es sencillo. Las cosas son sencillas. Mi vida se ha vuelto sencilla, y milagrosamente no me molesta. Es más, aprecio tu sencillez vida mia. Porque hay tanto por lo que podría preocuparme y no es necesario que lo haga. No es una nueva etapa, no es un cambio interior... No es un salto espiritual... Soy yo, sólo yo. Y es sencillo ser, ser uno mismo. No pretender más de lo que tengo, no querer ser más de lo que soy. No es conformismo, es frugalidad.

Es precisamente esto lo que he estado buscando por mucho tiempo. El tiempo para ser yo. No había necesidad de definirme, de perfilarme de una u otra manera, no había necesidad de complicarme y de complicarte. Porque hoy como ayer, hoy como mañana... Hoy soy siempre yo. No hay necesidad de convencerme de nada más. ¿Convencerme? No necesitan convencerme, con vencerme nunca logré nada y estoy totalmente seguro de que es así. No es negligencia, es finalmente encontrar un punto sobre el cual balancear el peso de modo que se equilibre de alguna manera. La física no es mi fuerte.

Y con esto sólo puedo sentirme complacido y en menor medida halagado con mi vida. Es decir, me has vuelto la espalda tantas veces, te has burlado de mi con tantas ganas, me has apuñalado por la espalda sin titubear y hoy te presentás tan elegantemente sincera y sencilla... Es un momento precioso y no lo voy a olvidar.