Anoche casi voy a tu casa.
Y entre gritos y astillas de un vidrio que supo ser un vaso... Un vaso lleno. Entre el caos y la angustia y las malditas lagrimas en las caras de quienes supieron ser creadores, hoy devenidos en destructores y pusilánimes oradores con discursos lisiados, rengos y mancos. Todos nosotros a los gritos y en claras posiciones discursivas, tomadas a lo largo de años de convivencia tortuosa y áspera... No desmereciendo ésto a los largos años de convivencia armoniosa y equilibrada.
Pero toda esta introducción, que intenta ser un contextualizador para mostrar cómo estaba la casa a las 12 de la noche, no es más que una excusa para motivarme a hacer cosas que siempre voy a querer hacer (cosas que probablemente haga) y que, por pocas chances de éxito, no hago.
Y agarré mi documento y me guardé algunos billetitos... Cánto necesito para ir hasta allá?... No me importa. Camino hasta tu puerta. No quiero morirme sin hacerlo, no lo soportaría. Y es cuando estás ahí al borde, es ahí mismo cuando te percatás que no vas a poder lograrlo y entonces nada más tiene importancia. Ya pocas cosas me importan, pero las que me importan realmente me importan. Y verte ahí, cara a cara, con viento y a más de 12 cuadros por segundo... Ahí con tu córnea herida y con cara de "qué carajo hace éste acá?"... Así confundida y desprevenida...
No es mucho, pero es tanto más que suficiente para hacerme sentir vivo, justo cuando estaba todo muerto.
El sur nunca fué tan "hóspito"... Y ahora me quiero dormir... Y me prestás el baño?
3 Comments:
Licho, anda hasta el fin del mundo si queres, pero NO te mueras, no antes de que te hagas millonario y me dejes algo en tu testamento ;)
a vos te presto todo papi ;).
jajaja
miles de besos
No desmereciendo ésto a los largos años de convivencia armoniosa y equilibrada...
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